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Mostrando entradas de octubre, 2019

LOS CLÁSICOS DIVERTIDOS: Historia de la vida del Buscón, de Francisco de Quevedo, por Ancrugon

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Como ya indicamos en su momento en el breve artículo sobre El Lazarillo de Tormes , (El volumen de una sombra Nº 4. Primera Temporada. Mayo 2011), la novela picaresca es un género nacido en España como reacción y crítica a las instituciones imperiales corrompidas y degeneradas que mal gobernaban un reino desgastado, pobre, hambriento y cuyo pueblo se desangraba en mantener una hegemonía mundial de la que se aprovechaban muy pocos y, por extensión, a todos los medios de propaganda o manifestación, tanto sociales como culturales del llamado Renacimiento y su posterior eufemístico Siglo de Oro español: libros de caballerías, novelas sentimentales, novelas pastoriles o las muy celebradas epopeyas. Una España repleta de harapientos limosneros, de pretenciosos hidalgos que no tenían qué llevarse a la boca, de religiosos embaucadores que vivían de la superstición popular, o de marginados conversos más temerosos de la Santa Inquisición que del castigo divino, y entre todo este populacho, m

CONVERSACIONES CON MI GATO: Cualquier madrugada, por David de Molay

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La caja de música Tengo una caja de música, como la conciencia, en donde todo lo guardo; y alguna vez, cuando el tiempo dobla la esquina de lo vivido, la abro y suena la música de los recuerdos y de los deseos guardado. Es de madera de roble, fuerte, como la misma ilusión de vivir, sencilla sin adornos ni lujos, como es mi forma de ser; en su interior hay un pequeño espejo brillante y diáfano, como los ojos de la mujer que amo. En ella guardo mis ilusiones, la primera vez que la vi, la segunda cuando la amé, y la tercera fue ayer, una mirada, un deseo, unos puntos suspensivos, o quizás algún punto y seguido, o punto y aparte; sólo depende de ti que cada día yo la siga abriendo para guardar las ilusiones de cada día… y volverla a abrir, cuando el tiempo doble la esquina de lo vivido. Cualquier madrugada Son las cuatro y cincuenta y cinco y la madrugada se ausenta, mientras el pecado frente al perdón… todo parece tan extraño. Sigue la noche engendrando mister

AÚN LA IMAGINO CON INTENSO ALBOROZO: Nací para perseguir sueños… por Ancrugon

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Nací para perseguir sueños…  y tú has sido mi utopía preferida. A pesar del tiempo, la distancia y otras compañías, en mi mano siempre habrá un paraguas donde cobijarte. Me dijiste: “Pide un deseo”. Y pensé en tu piel mojada y en cómo sabrían tus labios y en el olor de tu pelo… “¡Que comience ya a llover!” Atrapar los sueños no es trabajo de una red, ni de una araña, ni tan siquiera del águila que todos queremos ser… Los sueños no se atrapan, los sueños, simplemente,   no se dejan escapar. Sospecho de quien me dice aquello que deseo oír… Pues sólo creo en lo que me invita a soñar. Hay quien dice tener muchas luces… ¿De qué sirven si están apagadas? Dejar que tu mirada se pierda en el horizonte mientras tu corazón se acelera a medida que pasa el tiempo, eso es la esperanza. ¿El mejor lugar del mundo?... Reposar entre tus brazos. Dicen que sin amor no hay vida… Se equivocan. Lo

TEMAS E IDEAS: Mi ventana, por Ancrugon

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Hay ventanas para mirar afuera y las hay para mirar hacia dentro. La mía es de las primeras. Ella me ha mostrado, desde mis primarios años, todo un mundo que ha ido variando en mi fantasía a medida que adquiría conocimientos sobre él. Mi ventana ha sido mi maestra y mis alas, pues por ella sé, por ella sueño y por ella deseo. A veces me olvido de sus rejas, pero es que mi ventana no se limita a sí misma, ni es tampoco mi frontera, ella se convierte en puerta de horizontes a pesar de asomarse a una calle estrecha. Y en verano, mi ventana, además de ojos, es orejas, y me trae los sonidos de la noche a enredarse junto a mi cama. Ella me escucha y yo le hablo en una conversación donde sobran las palabras. Sabe de mí tanto como yo mismo, y me esconde de quien evito, pero llama a todo lo que yo quiero que forme parte de mi alma. Sólo tiene dos problemas: desde ella no se ve el mar y apenas un par de estrellas, pero para eso aprendí a soñar... En esas cálidas noches de verano donde es