AÚN LA IMAGINO CON INTENSO ALBOROZO: Nací para perseguir sueños… por Ancrugon


Nací para perseguir sueños… 
y tú has sido mi utopía preferida.









A pesar del tiempo,
la distancia
y otras compañías,
en mi mano siempre habrá
un paraguas donde cobijarte.






Me dijiste: “Pide un deseo”.
Y pensé en tu piel mojada
y en cómo sabrían tus labios
y en el olor de tu pelo…
“¡Que comience ya a llover!”






Atrapar los sueños
no es trabajo de una red,
ni de una araña,
ni tan siquiera del águila
que todos queremos ser…
Los sueños no se atrapan,
los sueños, simplemente,
 no se dejan escapar.



Sospecho
de quien me dice
aquello que deseo oír…
Pues sólo creo
en lo que me invita a soñar.






Hay quien dice
tener muchas luces…
¿De qué sirven
si están apagadas?







Dejar que tu mirada
se pierda en el horizonte
mientras tu corazón se acelera
a medida que pasa el tiempo,
eso es la esperanza.






¿El mejor lugar del mundo?...
Reposar entre tus brazos.









Dicen que sin amor no hay vida…
Se equivocan.
Lo cierto es que sin vida
no hay amor,
ni nada.






La luz de mis noches
la ponen la oscuridad de tus ojos.









No tengo nada claro…
¿Cuándo digo que algo me gusta
es que me lo quiero comer?








Cuando era niño,
quería volar…
Y ahora mi imaginación
no aterriza casi nunca.







Tras cada melancólico atardecer
se agazapa una joven y fresca mañana…
Tú eres el alba de mi ocaso.








¡Cuánto esfuerzo!,
¡cuánto sacrificio!,
¡cuánto empeño para alcanzar aquello
que nos parece que brilla!,
y luego…
luego las estrellas están a años luz
 y si te acercas,
 te abrasan.



De tanto esperar nada,
al final sólo aparece mi propio reflejo…









Mi calvario
es verte abrazar a otro
y tener que sonreír.








Hoy es el primer día
de una nueva travesía
a lo largo del inmenso océano
de trescientos sesenta y seis días…
Sí, uno más para navegar
entre las nieblas de nuestras dudas.





¡Mira, un agujero!...
Entonces…
¿para qué sirve la puerta?








A pesar del halo divino,
a pesar de la luz celestial,
a pesar de la sonrisa de ángel,
hay que agradecer la existencia
de deliciosos diablillos
que alegran la vida.





Esperaba verte tras la ventana,
pero mientras pensaba en tus ojos,
vino un rayo de sol.








Así comienza una tormenta:
las palabras sobrantes
se juntan con los sentimientos escondidos,
y lo que pudo ser un cálido roce en silencio,
termina en una fría noche de truenos,
rayos y diluvio.





¿Es que para disfrutar de su belleza
hay que arrancar la flor?









- Daría mi reino por tu sonrisa –
dijo el Rey.
Pero él no sabía
que los mejores tesoros
no se pueden comprar,
ni robar,
ni poseer…




Si te empeñas
en ser tan dura como el mármol,
al final sólo serás una bonita estatua.








Hay caminos que llevan al infinito,
¿pero de qué me sirve algo tan grande
si no estás tú?








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